Peru 3. Viaje. Barrio de Barranco.

Entonces ¿estás en Perú?

Sí, por tierras peruanas andamos.

¿Y que tal el viaje?

Bien. Partimos de Pla a las 5 de la mañana (sí, esa hora existe) para llegar Madrid a las 7,20 y dejar el coche en la puerta de la casa de la tita (que no es albano-cosobar como en el caso del viaje a Italia, pero seguro que lo cuida igual o mejor. Nota para la tita: que me lo lavaras como los mafiosos ya sería un detallazo). Y de la casa de la tita una horita en metro hasta Barajas. Nada más llegar vamos a facturar y !oh sorpresa!, no hay nadie en la cola, y encima me dan ventanilla. Pa´mi que va ir poca gente. Después de facturar pues como siempre, a hacer resevas de nicotina, tomar un café, ver las tiendas,....
A la hora de embarcar efectivamente, somos cuatro monos, así que genial, durante el viaje te puedes estirar cuan largo eres como si  estuvieras en bussines. Y el vuelo, que os voy a contar, champang, mariscada para comer, orgía con las azafatas,.... que no pervertidos, el vuelo un rollo, todo el rato dormitando, leyendo y viendo películas. Porque eso sí, el avión no estaba mal, con su pantallita pequeñita para cada uno, con un montón de pelis casi de estreno que podías poner cuando quisieras... Lo único malo es que los auriculares para oírlas los tenías que comprar, pero claro, se entiende que con los miseros 400 EUR que cobraron por el billete no les de para regalar semejante lujo. Y la comida, lo normal en estos casos, pero con el detalle de que en vez de ponerte en la tesitura en la que te ponen otras compañías al darte a elegir entre dos comidas males, ellos te evitan ese trance y directamente te ponen una de ellas sin preguntar, en este caso macarrones. Bueno, al  final con eso de que sobraba espacio y se podía ir cómodo, todo bien.

Y cuando llegaste a Lima ¿que tal?

Pues bien también. Durante el vuelo te dan dos papelitos para rellenar: el de inmigración y el de aduanas. Para inmigración presentas el pasaporte, el papelito y pasas sin problemas y bastante rápido. Para aduanas el sistema es bastante curioso. Presentas el papel, sigues adelante y hay un poste con un botón. Le das y es como la lotería: si se enciende la luz verde pasas sin problemas, si se enciende la luz roja te registran el equipaje para ver si has mentido al rellenar el papel y llevas algo que no has declarado. Yo por una vez tube suerte y me salió la luz verde. En fin, una vez pasado los controles y tras reponer el nivel de nicotina en sangre, que la salud es lo primero, me dispuse a buscar un taxi, tarea fácil teniendo en cuenta que nada más salir te abordan tres o cuatro tipos, y como estaba cansado pues elegí al primero de ellos, aun sabiendo que me la iba clabar, eso si, con regateo previo. Le damos la dirección y cuando se supone que estamos llegando veo un cartel enorme que pone "Backpacker", osea se, el que se suponía  que era mi albergue. ¿Cuanto es? Son 25 dolares (porque aquí en cuanto ves que eres guiri todo los precios te los dan dólares) = 70 soles = 17 EUR y la propina voluntaria.  Pagamos los 25 = 70 =10 sin nada de propina, que seguro que ya te la has apuntado tú, entramos en el albergue y... que no es allí, que hay dos que se llaman igual pero están en distintas calles (no llevo aquí ni dos horas y ya empizan a jugar al despiste). Pues nada, preguntamos y llegamos al albergue con el nombre correcto y que está en la calle correcta, que por suerte estaba cerquita. Checkin sin problemas, preguntamos por curiosidad cuanto vale el taxi al aeropuerto, nos dicen que 35 soles (genial, me ha cobrado el doble, y eso después de regatear, que si no...) pero no pasa nada, ya estaba asumido. Vemos la habitación, que es compartida con otros tres tipejos/as que ha estas horas todavía no tengo el gusto de conocer, nos dan croquis de la zona (en inglés, creo que los dueños son yankis) y toca dar una vueltecita por los alrededores (si, esta girada, pero torcer un poco la cabeza y ya está).

Y ¿cómo es el barrio?

Parece bastante seguro. Hay  mucha gente, muchos pubs para turistas, bastante policía pero sin llegar a agobiar ... no se está bastante bien, y pegadito al mar. Como eso de ir a un bar para turistas no mola nos metemos en la primera tasca que vemos para tomar algo ligero. Primero pedimos una cerveza y el colega se presenta con una de litro (bueno, de 1,1 litros, que aquí como en Argena los números redondos no les gustan). Preguntamos que si no tienen algo un pelín más pequeño, pero no, no tienen. Luego pedimos un poco de arroz (típico de aquí, es parecido al arroz tres delicias, pero con su toque limeño), nos lo traen y lógicamente va acorde con el tamaño de la cerveza. Eso sí, nos dejan fumar dentro (minipunto para Lima)

Siguiendo el consejo del colega Ángel aplicamos la ley del pobre (reventar antes que sobre) y damos cuenta del arroz (muy rico por cierto). Y luego otra vueltecilla, vemos el parque, la plaza con sus puestos de artesanía, los autubuseros que por eso de ahorrar en carteles se dedican a gritar en cada parada los destinos siguientes ... no se, es una mezcla un poco rara entre cosas muy auténticas y sitios específicamente creados para turistas, en todo caso el sitio es bastante bonito y tiene su encanto.

Lima. Barranco.

Lima. Barranco.

Lima. Barranco.

Lima. Barranco.

Y nada más, después de esto duchita, escribir esto para que sepáis que sigo vivo y a dormir que estoy hecho polvo y mañana a las 8,30 he quedado para hacer el tour por la parte antigua de Lima. A vuelto a quedar algo larguísimo, pero esta vez tengo excusa, es que mi día de hoy a durado 33 horas :-). Mañana más.