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miércoles, 27 de julio de 2011

Perú 19. Camino inca día 4. Segunda parte.

El trayecto en bus hasta Aguas Calientes dura ná y menos. En cambio el trayecto de Aguas Calientes a Cuzco dura la vida. Mientras estábamos comiendo Fredy nos dijo que llegaríamos a Cuzco sobre las doce o la una de la noche. Para empezar tenemos que coger un tren hasta Ollantaytambo que sale a las seis, con lo cual después de comer tuvimos 4 horas para aburrirnos ver el pueblo. La comida bien, gracias. Esta vez tocó pasta. Mientras estás comiendo te ofrecen una foto que te han tomado a traición cuando entrastes en el camino inca, como esas de las montañas rusas de los parques de atracciones. La verdad es que hasta hace ilusión y todo. Después de comer nos despedimos de Fredy ya que cogía un tren hacia otro sitio que no era Cuzco. Peter, dado que al día siguiente tenía que coger un vuelo muy temprano, decidió irse a la estación para ver si conseguía  llegar a Cuzco más temprano. Así que nos quedamos solos Adam, Susana y yo. ¿Qué hicimos durante esas cuatro horas? Pues eso, aburrirnos ver el pueblo. Aguas calientes se puede describir como "unas cuantas casas pegadas a una vía de tren" (el tren es el único medio de acceso a este pueblo). Había leído opiniones de gente que decía que le encantaba y otras que les parecía el sitio más feo del mundo. Yo no se qué pensar. Muy bonito no es, pero tiene cierto encanto, con los trenes pasando por la mitad de la calle, sus tiendecillas y hostels, gente de todas partes del mundo y además tiene un cierto aire hippy que hace que sea un sitio muy peculiar.














Eso sí, como podréis intuir de los vendedores no nos libramos. Las cuatro horas de espera se me hicieron eternas. Adam y Susana decidieron sentarse en la plaza (lo más bonito del pueblo con diferencia) y yo les encasqueté vilmente la mochila (pobrecitos, les dejé dos horas cuidando de ella y no se quejaron nada nada) y me dediqué a dar vueltas por allí, a conectarme a internet desde un ciber para leer las noticias (y escribir una minientrada), a tomar alguna cervecilla. Luego de vuelta a la plaza a sentarme con Adam y Susana. A esas alturas ya estaba bastante cansado (mentalmente) de oír/intentar hablar inglés todo el rato, y sólo pensaba: no me habléis, no me habléis, que no tengo ganas de pensar.














Al cabo de un rato decidimos que lo mismo nos daba estar sentados allí que en la estación de tren, así que pa'llá que nos fuimos (el camino es fácil, sólo hay que seguir la vía del tren). Estratégicamente situado, justo al lado de la estación de trenes (total, to dios tiene que pasar por allí ya que es la única forma de llegar) se encuentra un macromercado de artesanía, con lo cual la espera se hace más llevadera viendo los ochocientos puestos (así, calculados a ojo, que seguramente me quede corto). Cuando estamos a punto de subir al tren !sorpresa!: aparece Peter, que no ha conseguido otra forma de ir a Cuzco y ha aprovechado la espera para hacer la colada en una de las laundries del pueblo (ya habréis intuido que allí hay de todo para el viajero).














El tren en si mismo no está nada mal. Al subir tienes que dar tu nombre para que te tachen de la lista (como en la entrada vip de los pubs :-) ) y una vez dentro te dan tu bebida (no alcohólica, los borrachuzos que quieran cerveza la tienen que pagar) y tus cacahuetes y todo. En cuanto a puntualidad ... ya es otra cosa. A la pregunta de cuando llegaremos la respuesta de la "azafata del tren" (sí sí, hay azafatas como las de los aviones) fue, textualmente: "llegaremos a las 8 .... o a las 9". Sí señora, eso es precisión. Al final llegamos a Ollantaytambo a las 8. Ollantaytambo .... uffff, una locura. Nosotros teníamos contratada la furgo de vuelta con lo cual se supone que había alguien esperando con el tipico cartelito con nuestros nombres. Y efectivamente, allí estaba, él y quinientos más que tratan de convencerte por todos los medios de que te vayas con ellos. Y por todos los medios quiere decir eso, por todos los medios, hasta el punto de que cuando ya habíamos localizado a nuestro chofer un tío estúpido que nos había seguido diciendo que nos llevaba por no se cuanto, que sólo le faltaban cuatro personas para llenar el bus y salir ... agarró a Adam por el brazo con intención de llevárselo y de que el resto le siguiéramos. Al tío imbécil le daba igual que le dijéramos que ya teníamos transporte, que ya estaba pagado, que nos dejara por favor ... Al final es que me sacó de mis casillas (y de verdad de verdad que eso es muy difícil) y acabé mandándole a la mierda (textualmente) y llamándole de todo. Triste, pero es la única forma de que te dejen en paz, porque aquello es una marabunta de gente a la caza del guiri.
El viaje hasta Cuzco se hace eterno. Estás cansado, aburrido, es de noche, la carretera es bastante mala ... pero lo peor de todo es que parece ser que el conductor sólo tenía un cd. Y lo puso una vez. Y otra. Y otra. Y otra más. Cinco horas escuchando las mismas 10 canciones. Casi que acabas deseando que el autobús se despeñe (que a lo mejor duele, pero por lo menos no tienes que escuchar más a esta tía). Qué cansina. Finalmente, tras cuatro días, cuarenta kilómetros andando y muuuuchos más en autobús y tren, a la una de la mañana llegamos a Cuzco y se terminó la aventura del camino inca (oooooh).

miércoles, 20 de julio de 2011

Perú 18. Camino inca día 4. Primera parte.

  • Distancia pateada: 4 km.
  • Desnivel pa´rriba: 0 metros !por fin es to'pabajo!
  • Desnivel pa'bajo: 200 metros
  • Tiempo sufriendo: 2 horas.

3:10 de la mañana. Un porteador nos despierta. Resulta que no era una broma. La razón del megamadrugón es por una parte que los porteadores tienen que salir a esa hora para coger el primer tren y si lo pierden se tienen que esperar hasta las seis de la tarde. Por otra que hay que pasar un control de salida del camino inca. Suele haber una cola enorme así que conviene llegar pronto para coger sitio. Tras desayunar (esta vez no recuerdo el qué, estaba dormido) linterna en mano avanzamos por el camino como seis minutos y nos paramos en la cola, porque no os lo vais a creer, pero no éramos los primeros ni muchísimo menos. Y allí a esperar hasta que abrieron el control a las 5:45.

Camino inca. Día 4.

Tras pasar el check point, para no perder la costumbre el camino sube y baja y vuelve a subir y vuelve a bajar. La palabra "llano" es la que menos se escucha en los cuatro días que dura el camino. Y cuando ya estás a punto de divisar Machupichu te encuentras con ... las "Gringos Killer steps" (Escaleras mata Gringos).

Camino inca. Gringo Killer steps.
Camino inca. Gringo Killer steps.













El tema de los "steps" se merece un pequeño comentario. El 70% del camino está reconstruido. En la práctica eso quiere decir que el 70% del camino está compuesto por escaleras. Mejor dicho: el primer día son "escalones", el segundo son "los jodios escalones", el tercero "los putos escalones" y el cuarto "los putos escalones de mierda". Si subir y bajar todo los que se sube y baja de por si ya cuesta, hacerlo por escaleras es que te destroza. Así que cuando estás más feliz que una lombriz porque ya casi has llegado y te encuentras ... eso, que más que escaleras parece una pared vertical te entran unos sudores que no veas. "Gringo Killer steps" es el mejor nombre que se le podría haber ocurrido a cualquiera.
Lo bueno, que una vez que subes, esta vez de verdad de verdad, es todo cuesta abajo. Tendría que haber dicho que lo bueno es que cuando terminas de subir ya puedes ver Machupichu, pero no os voy a engañar. Machupichu desde arriba (desde la puerta del sol) se ve a veces, casi siempre está oculto por las nubes. Si os fijáis bien bien, en las foticos de abajo se puede adivinar entre la niebla.


Camino inca. Machupichu.
Camino inca. Machupichu.













Y veinte minutos después ..... !ta chan!: Machupichu, y esta vez sin nubes. Sobre Machupichu qué se puede decir que no se haya dicho ya .... o que sí se haya dicho (I love Les Luthiers ;-) ). Ahora podría poner un montón de adjetivos y de fotos para mostraros que es una pasada, pero aquí en el internete hay cantidad de páginas de gente que lo que explica mejor que yo. Sólo puedo decir que además de lo espectacular que es físicamente, se nota algo especial a nivel espiritual, es un sitio muy muy especial. Y lo digo yo, que eso de mi parte espiritual lo tengo bastante abandonado. Pero sigamos con cosas más terrenales. Al hacer el camino inca entras directamente en Machupichu, sin pasar por la entrada principal, la de la taquilla, la parte esa en la que tienes que pasar por caja. Paradójicamente lo primero que tienes que hacer al entrar en Machu es salir de allí para volver a entrar, pero esta vez a lo legal, con tu entrada sellada. Además no puedes entrar con mochilas grandes con lo cual tienes que dejarla en una especie de guardamochilas (pagando, claro). Como recompensa !te vuelven a sellar el pasaporte!. Bueno, en realidad es una especie de self service, tienen allí el sello y tú si quieres te lo plantas en el pasaporte.
La visita guiada dura dos horas, que se pasan volando entre historias incas, teorías de que es aquello y que hace allí .... Tras esas dos horas Fredy se va a Aguas Calientes donde nos esperará para comer en un restaurante, Adam y Susana deciden subir a la parte alta para tomar más fotos y Peter y yo intentamos tumbarnos a la bartola sobre el césped, pero a los 2 minutos, cuando ya estaba cogiendo el sueño, llega un señor de uniforme para echarnos de allí. Así que nada, nuevo plan, cervecita en el restaurante de la entrada.

Camino inca. Machupichu.
Camino inca. Machupichu.














Ya se que la última foto no es la que esperáis encontrar cuando se habla de Machupichu, pero como dije antes hay cantidad de fotos chulísimas en internet y muy pocas de estas: gente para aburrir, cola para el bus, cola para entrar, cola para pedir .... que no tiene nada de malo (si no eres tú el que está en la cola), solo es para que lo sepáis. Adam y Susana llegaron un ratito después (nos dio el tiempo justo de tomarnos la cerveza) y nos fuimos a la cola del bus. Por suerte (o por desgracia, no lo tengo claro) los autobuses suben y bajan turistas sin descanso, en plan industrial, por lo que no tuvimos que esperar mucho. Y hasta aquí la entrada de hoy. En la próxima lo que queda de día en Aguas Calientes y lo que queda de noche camino de Cuzco (lo peor con diferencia, que cansina. ¿Que quién?: ya la viréis y oiréis).

viernes, 15 de julio de 2011

Perú 17. Camino inca día 3. Segunda parte.

La primer cosa de ese montón de cosas que faltan es la cosa de la comida. La comida en si misma, o sea, esa que se ingiere, como siempre bastante buena. La comida que no se ingiere, o sea, eso que podríamos llamar "comida ambiental" o "charla mientras se engulle" pues .... a ver como os lo explico. Todo comenzó una fría noche de mayo en las montañas de Perú. La noche anterior para ser precisos. Durante la cena Fredy nos dijo que el cuarto día los porteadores salen pitando hacia Aguas Calientes para coger el primer tren hacia Cuzco. Lo normal es que el tercer día al anochecer hagan una típica ceremonia inca y que al finalizar la misma todos nos despidamos y le demos una propina. A la pregunta de Peter de cuánto es la propina normal nos informa de que la gente suele dar 70 soles ... a cada porteador .... y al cocinero siempre se le da más de la cantidad que se le de a los porteadores .... lo que hace un total de .... !!100 EUR!!. Yo puse cara de "flipa flipa", Peter de "flivpez flivpez" y Adam y Susana de "fflipp´a fflipp´a" pero no dijimos nada. Que quede claro que eso es lo que se espera de los sufridos inkacaminantes y que no tiene nada que ver con la agencia, ni con los porteadores ni con el guía, es la propina estándar. Volviendo a la comida, volvió a salir el tema, básicamente el tema de que nos parecía demasiado. Fredy nos dio su opinión de por qué es así (no le faltaba razón) nosotros la nuestra y así quedó la cosa de momento. ¿Qué cuáles fueron esas opiniones? Pues mejor lo explico en otra entrada que si no a este paso no vamos a llegar nunca a Machupichu.
Tras la comida, minisiesta y después el resto se fue a duchar mientras yo me dedicaba a vaguear. Y cuando ya estaba a punto de anochecer visita a las ruinas de Wiñahuayna, que están justo al ladito del campamento, a unos cinco minutos, y que están consideradas las más espectaculares de la cultura inca después de Machupichu, y con razón. Se trata de un montón de terrazas en una pendiente muy muy empinada con su templo en lo alto.

Camino inca. Winaywayna.
Camino inca. winaywayna.













Como siempre la visita va acompañada de una excelente explicación de Fredy, pero además esta vez como propina, la explicación incluye asesinatos, muertos y fantasmas. Algo muy apropiado para que los que vamos a dormir a unos metros de allí conciliemos el sueño sin problemas.
Y tras la explicación Fredy se disculpa (se le nota bastante afectado) por lo de las propinas y nos informa de que ha hablado con los porteadores y que no harán la típica ceremonia.Ufff, la verdad es que Fredy se ha portado de maravilla y ninguno creemos que sea culpa suya. Tampoco que sea culpa de los porteadores, ni mucho menos. En fin, mientras Fredy vuelve al campamento nosotros nos quedamos en las ruinas a parlamentar. Adam y Susana han pagado ya cerca de 300 soles para que les lleven las mochilas. Peter con eso de que venía al campo y que por aquí la cosa esa del shopping no se lleva mucho, directamente nos dice que no ha traido dinero. Y yo tengo algo más que Peter pero no mucho más. Si doy ese pedazo de propina me quedo sin un duro. Al final decidimos poner todos un bote y dárselo. En realidad siempre pensamos darles propina, pero no una cantidad tan alta. Volvimos al campamento y mientras Adam y Susana se quedaban descansando Fredy, Peter y yo nos fuimos a tomar una cervecita en el restaurante. Peter en su línea, empeñado en comprar una botella de vino, pero es que la botellita (sí, botellita, de 500 ml) valía 30 Eurazos. Y menos mal, porque si sin tomar vino ya era el centro de la fiesta ... con un traguito yo no se que haría. Encima estaban allí sus fans, así que para que contaros :-). 
Cuando regresamos al campamento ya está puesta la cena. Recuerdo que había pizza, arroz chino y un montón de cosas más, una cantidad de comida enorme, yo creo que como era la última cena prepararon todo lo que les sobraba. Yo a esas alturas es que ya no me cabía más, todos los días me había puesto hasta arriba (con eso de que andas un montón y seguro que lo quemas, cuando llega la hora de la comida a tragar como un cerdo sin remordimiento ninguno). Tras la cena llegó el momento de despedirse de los porteadores. Bueno, nos despedimos uno por uno, nosotros y ellos y luego les dimos el bote-propina. Creo que al principio no querían cogerlo pero al final lo acabaron aceptándolo. Supongo que hubo un mal entendido, nosotros siempre pensamos en darles algo y creo que ellos llegaron a pensar que se lo estábamos dando por obligación. Ahora mismo de lo único que me arrepiento es de no haber aprovechado para hablar más con ellos, para que me explicaran como viven, en qué trabajan,... en fin, de todo se aprende.
Y como ya era tarde (sobre las nueve de la noche) todos a dormir. Fredy dice que mañana a las 3:10 de la madrugada todos en pie (jeje, como es este hombre, con la paliza que llevamos y todavía le quedan ganas de bromear).

jueves, 7 de julio de 2011

Perú 16. Camino inca día 3. Primera parte.

  • Distancia pateada: 10 km.
  • Desnivel pa´rriba: 300 metros
  • Desnivel pa'bajo: 800 metros
  • Tiempo sufriendo: 3 horas.

Como estaba previsto a las 5:10 ya estamos todos en pie tomando nuestro te de coca. El tercer día la distancia que se recorre y sobre todo la dificultad es bastante menor que la de los días anteriores, así que nos lo tomamos con calma y no salimos hasta las 7. Hoy volveremos a la civilización (mas o menos, quiero decir que llegaremos a un sitio en el que hay agua caliente y restaurante, ya está) y la idea es llegar antes de que lo haga el resto de la gente para evitar tener que hacer cola para ducharnos.
Mientras llegan las 7 a vaguear, a disfrutar del paisaje. Yo creo que aunque pasara allí meses todas las mañanas me levantaría con la boca abierta, no de sueño, que también, sino de admiración hacia el sitio en el que estamos. Además Adam aprovecha para grabar unas imágenes y para hacernos a cada uno una breve entrevista personalizada (fíjate, a lo mejor acabo saliendo en la tele hungara, que ilu).

Camino inca. Día 3.
Camino inca. Día 3.











Y después de hacer el vago un rato otra vez en marcha. Toca el tercer y último paso, el Phuyupatamarca, de 3670 metros. Que queréis que os diga, comparado con lo que llevamos este paso no es nada. Una cuestecilla y no muy larga, cuatro escalones, ... hasta da vergüenza llamarlo paso de montaña. Eso sí, si hasta hoy los sitios por los que caminas son una pasada, el tercer día es que ya no se cómo nombrarlo. Hay trozos abiertos que dejan ver las montañas y los valles y otros completamente cerrados por la espesura de la vegetación que ni siquiera deja ver el sol. Orquídeas, árboles enormes, bichejos,.... Podría decir que es maravilloso, espectacular, la pera limonera .... y así y todo me quedaría corto. También, por primera vez en el camino, aparecen los inca túneles, que son (quién lo diría con ese nombre) túneles, alguno relativamente largo, excavados en la roca por los incas.

Camino inca. Túneles.
Camino inca. Día 3.













El resto se pone a hacer fotos como locos de todo (cosa más que entendible) y yo que voy con las pilas justitas (las de la cámara, aunque ahora que lo pienso de las mías personales tampoco es que fuera sobrado) tiro para adelante. Pasamos el paso y empezamos a bajar la bajada (que redundante no?). Si la subida es más suave que la de los otros días, la bajada ......no, para nada. De nuevo es increíblemente inclinada y con unos escalones casi tan altos como yo. Pero como no hay prisa, despacito y pasito a pasito se baja sin mayor problema, ya que además este tramo no es muy largo. Y luego, por fin, después de dos días y medios, un trocito de camino que con un poco de benevolencia podríamos denominar como llano. Y para acabar de rematarlo hasta tiene sus ruinas y todo.

Camino inca. Día 3.
Camino inca. Día 3.













Fredy como siempre se ha preocupado antes de salir de decirnos lo que nos vamos a encontrar durante ese día, por si nos separamos. Para el tercer día existe la opción de ir directos al campamento o desviarse por un camino que sale hacia la izquierda unos veinte minutos antes de llegar allí y dar un rodeo de una hora aproximádamente para visitar más ruinas. Uff, esto hay que pensarlo muy despacio: ¿ruinas o ducha caliente? ¿más piedras o cerveza fresquita? ¿seguir andando una hora más o tirarme a la bartola en el campamento?. Al final después de "mucho" meditarlo (la meditación duró 2 segundos aproximádamente) decido ir directo al campamento y en un plis llego allí, a las 12 de la mañana para ser exactos. Se trata del campamento de Wiñay Wayna, que tiene un lodge (pero en ese momento está cerrado por obras) y lo más importante: tiene un restaurante que a su vez tiene !!agua caliente!! y !! cerveza fría !! y !!!! cerveza fría !!!! (uy, no, esto ya lo había dicho). Muy a mi pesar decido dejar la cerveza para luego y pasar primero por la ducha para comprobar si la compacta capa de bloqueador, antimosquitos, roña, más bloqueador y más anitmosquitos que se ha formado sobre mi piel sale o si tendré que convivir con ella el resto de mis días. Por suerte salió.
Las duchas (hay unas cinco) son de pago, no recuerdo cuanto era, pero se que no fue nada caro. Además tienes un límite de cinco minutos para ducharte, pero dado que no había nadie más esperando yo me tiré allí cerca de quince y nadie me dijo nada. No veáis que bien sienta. O mejor, sí lo veáis, ahí os dejo el antes y el después.
Camino inca. Día 3.
Camino inca. Día 3.













Tras la ducha, por fin llegó el momento !!cerveza fría!!. Cuestan 3 EUR, precio que dado el sitio al que tienen que subir el preciado líquido me parece más que razonable. Por desgracia cuando iba por la mitad llegó Pedro, el cocinero, para avisarme de que el resto me estaba esperando para comer. Al final llegaron sólo un ratito después que yo, mientras me duchaba. Y yo ni me había enterado. Que conste que esto tiene una explicación lógica. Nuestras tiendas están en la parte alta del campamento. Y las duchas y el restaurante están en la parte baja. La distancia horizontal entre dichas partes es de unos 100 metros. Y la distancia vertical también. No es una exageración, que de cuestas pequeñas, medianas y grandes ya entiendo un montón, y de verdad que para ir de las tiendas al restaurante o viceversa tienes que pasar por un pedazo de cuesta increíblemente empinada. Cuando llego a la tiendas resollando, Fredy está explicando que podemos ver Machupichu por lo que viene a ser la parte de atrás.

Camino inca. Día 3.
Camino inca. Machupichu.













Y podría decir que el resto del día de tranqui, pero no, todavía quedan un montón de cosas ....

lunes, 4 de julio de 2011

Perú 15. Camino inca día 2. Tercera parte.

Por la tarde tocaba subir el segundo paso de montaña (claro, es que hemos subido poco, así que más cuestas). Se trata del paso de Runkurakay, de 3950 metros. Y que queréis que os diga, yo soy consciente de que comparado con el primer paso la distancia, el desnivel, la altura,.... osea todo, es mucho menor, pero a mi se me hizo igual de duro, supongo que por el cansancio acumulado. Justo en lo más alto hay unas ruinas y allí Fredy nos seguirá explicando cosas de la cultura inca. Esta vez la subida la hacemos prácticamente juntos, parando de vez en cuando a hacer fotos. Fotos del paisaje. Y fotos del "rey inca". ¿Que qué es la foto del rey inca?. Pues nada, que a Peter se le ocurrió parar de vez en cuando, ponerse el típico gorro peruano y hacerse una foto con los brazos en cruz mientras gritaba "soy el rey inca". Y cómo al resto nos hizo gracia pues le copiamos. Lo malo es que la mía se hizo con su cámara y no la tengo  (Peter, if you read this blog, send me that picture, please, please, please).

Camino inca. Día 2.
Camino inca. Día 2.











Como dije justo antes de llegar a la cima hay unas ruinas, muy pequeñitas. En realidad es una sola construcción redonda (dato importante). Como estaban ocupadas por otro grupo decidimos seguir hasta arriba y que Fredy nos diera la charla allí. Yo hago un par de fotos y tiro para arriba seguido por Fredy mientras el resto se queda haciendo más fotos. Y cuando llegamos arriba y nos sentamos a esperar al resto .... !!GUAU!! Aparece un arcoiris completamente circular, justo del mismo tamaño que las ruinas y justo en el borde de las mismas, como si se estuvieran tocando. Mi cutre cámara de fotos no lo cogió bien, así que os toca echarle imaginación.

Camino inca. Día 2.
Camino inca. Día 2.













Duró sólo un minuto. Mientras estas allí viéndolo se te olvida todo el sufrimiento, tienes la sensación de que ha merecido la pena porque estas viendo algo único, tienes la certeza de que aquella construcción, fuera lo que fuera no está allí ni tiene esa forma por casualidad ... de verdad, impresionante.
Tras la charla de Fredy (muy interesante como siempre) empezamos a bajar y de nuevo me adelanto. Viendo el mapa parecía algo corto pero se me hizo larguísimo. Una media hora antes de llegar al campamento están las ruinas de Sayacmarca. Se trata de una ciudad que se encuentra en lo alto de una ladera. Llegué justo cuando empezaba a anochecer y como iba con tiempo respecto al resto decidí echar un vistazo. Subir (por unas escaleras increíblemente empinadas) para llegar arriba y pasear por la ciudad que da a las dos laderas de la montaña, completamente sólo y completamente en silencio mientras el sol se empezaba a poner ... mágico.

Camino inca. Sayacmarca.
Camino inca. Sayacmarca.













De allí media horilla más de caminata hasta el campamento. Llegué a las 6 y allí a las 6,10 ya es de noche (uff, por los pelos). El resto de gente llegó veinte minutos después linterna en mano. Después la cena en al tienda de cenar, que para eso se llama así. Y no se, debía ser por el cansancio, a casi todos, en especial a Fredy, les dio por contar chistes. Por suerte ya los he olvidado todos .... que no Fredy, que tenían bastante gracia. Sobre todo oír chistes tipical spanish en inglés. Y por último un cigarrín (que ese día por primera vez muuucho tiempo sólo había fumado uno) viendo las estrellas, que allí están, no se como decir, descolocadas, ninguna estaba donde tenía que estar. El tercer día es cortito (menos mal, porque otra paliza como la del día de hoy yo no la aguanto) así que no toca madrugar. Podemos dormir hasta las 5,15 de la mañana (se nota la ironía ¿no?).

viernes, 1 de julio de 2011

Perú 14. Camino inca día 2. Segunda parte.

!!Por fin en la cumbre!! Ahora a disfrutar de las vistas, a descansar un rato,.... pues no. Allí hace un frío que te mueres y encima veo que viene una marabunta de porteadores y caminantes, así que corriendo para abajo. Eso sí antes fotico al poste (una foto un poco tonta, porque yo debería estar posando al lado para tener una prueba de mi hazaña. No se, se me debió ir la cabeza con la falta de oxígeno) y fotico a la cuestecilla (esta sí está bien, en ella podéis ver los "fucking steps" y la hilera de gente al fondo).


Camino inca. Warmi Wañusca.
Camino inca. Warmi Wañusca.













Así que 2 minutos después de haber llegado arriba enfilo hacia abajo por el camino .... si hombre el camino .... si había camino para arriba tiene que haber camino para abajo .... si tiene que estar aquí .... ¿pero dónde leches está el camino?. Y el camino efectivamente allí estaba, pero es que si para subir tiene un desnivel enorme para bajar es todavía mayor. El caminito es casi vertical, así que sólo ves dos o tres escalones que parecen que van directos a un precipicio. Encima empezó a llover. Y para hacerlo más tétrico todavía en ese momento las nubes decidieron bajar hasta la tierra envolviéndolo todo en una densa niebla.

Camino inca. Descenso Warmi Wañusca.

Las nubes se fueron enseguida y también dejó de llover en cinco minutos. Y menos mal, porque la primera parte de la bajada es tan tan tan empinada que tienes que ir superdespacio para no despeñarte. Bajar aquello lloviendo tiene que ser una odisea. Desde luego entendí perfectamente lo que dijo Fredy sobre llevar dinero por si nos pasaba algo (que no es que la mitad de la gente acabe rodando cuesta abajo, pero si es muy factible que alguien resbale y se haga el suficiente daño como para no poder seguir). También entendí lo del punto de no retorno. Vamos, que a partir de ahora pase lo que pase, siempre para adelante, porque si subir por donde subimos fue difícil, subir por donde estamos bajando .... imposible, te dejas allí el higadillo.
Por supuesto como tienes que ir frenando todo el rato físicamente bajar cansa casi tanto como subir. Eso sí, aunque se que me repito, !qué vistas!. Rodeado de montañas enormes por todos los lados, las nubes que suben y bajan a toda velocidad haciendo que el valle desaparezca y vuelva a aparecer un minuto después, todo verde. Espectacular. Al final llegué al campamento en el que íbamos a comer y nuestros porteadores resulta que también acababan de llegar y todavía no tenían nada montado. Y tube que esperar a que llegara el resto más de una hora. Al final aunque las pasé canutas, y en contra de lo que yo creía durante el camino, parece ser que es que lo hice demasiado rápido. La hora y pico que estuve esperando ... que bien me vino, allí sentado sin hacer nada, sólo viendo pasar las nubes. Bueno y pensando "si llevamos la mitad del camino y estoy así, como llegaré esta noche, mejor dicho ¿conseguiré llegar?". Y es que de verdad que estaba hecho polvo, yo creo que mi cara lo dice todo.

Camino inca. Día 2.
Camino inca. Día 2.













Lo de adelanterse e ir solico tiene sus ventajas pero también su parte mala, que es que te pierdes lo que hace el resto del grupo. Así que cuando llegan me toca ponerme al día. Peter se ha dedicado a ir haciendo amigos durante el camino y ya hasta tiene club de fans (y vaya fans, no es tonto el amigo). Que grande. Adam y Susana van bien, sin prisa pero sin pausa, cansados pero sin mayores problemas.
Comimos sobre las 2 (recordad, estamos en pie desde las 4,30) y después otra vez de vuelta al camino, que todavía quedaba lo suyo.